Los préstamos con el coche como aval no se diferencian demasiado de cualquier otro préstamo personal. En definitiva, el contrato consiste en que una empresa te deja una cantidad de dinero determinada a cambio de que se la devuelvas añadiendo unos intereses que serán sus beneficios. En algún caso, la entidad también puede aplicar comisiones. En este sentido, lo mejor es fijarse en la TAE pues incluye todos los gastos obligatorios para conseguir el préstamo.
La principal particularidad de los préstamos con aval del coche es que si no devuelves el dinero con los intereses correspondientes, el coche se podrá vender en subasta de modo que la entidad se quedarán con el dinero que le corresponda y tú con la cantidad sobrante si la hay.
Este tipo de préstamos está regulado por la Ley de 16 de diciembre de 1954 sobre hipoteca mobiliaria y prenda sin desplazamiento de posesión.
Como es lógico, si usas el coche como aval no podrás venderlo sin consentimiento del acreedor hasta que hayas saldado la deuda.
De la misma manera, mientras dure el préstamo estás obligado a cuidar y mantener el vehículo debidamente.
También es importante hacer hincapié en dos cosas que ya hemos mencionado:
Los préstamos con aval del coche requieren un contrato y para poder formalizar este tendrás que identificarte completamente y demostrar que eres mayor de edad.
También deberás demostrar que eres el propietario del coche y tendrás que declarar que este no está hipotecado, pignorado ni embargado.
Además de tus datos y los del prestamista, habrá que describir el coche especificando sus particularidades. Es decir:
Otra posibilidad para conseguir préstamos por tu coche es mediante un contrato de compraventa con opción de recompra.
Básicamente vendes tu coche, pero la empresa estará obligada a revendértelo si devuelves el préstamo y los intereses justo a ese precio de modo que todo sucede simultáneamente.
En ocasiones te ofrecen la posibilidad de seguir utilizando el vehículo. Sin embargo aquí es importante aclarar, en el caso de que haya pagos mensuales, si esos pagos consisten en la devolución del préstamo o en un alquiler del coche que, como hemos explicado, ya no sería tuyo. Si fuese este último caso, tras haber pagado una cantidad mensualmente en concepto de interés, al final del préstamo tendrás que devolver dicho préstamo más los intereses.
Es esencial entender qué tipo de operación estamos contratando. Si no estás seguro de ello, lo más sensato es pedir asesoramiento, ya que en ningún caso debes firmar un contrato que no entiendas.
Ten en cuenta que si se trata de un préstamo con el coche como aval, la entidad debe informarte de la TAE del mismo. Sin embargo, si es una compraventa con opción de recompra no tiene dicha obligación. Por tanto, el segundo caso es más complicado. No decimos que no pueda merecer la pena, pero hay que extremar la precaución para entender bien cómo funciona.